miércoles, 27 de noviembre de 2013

USO DE DISPOSITIVOS Y REDES SOCIALES EN EL INSTITUTO. UNA REFLEXIÓN PERSONAL


Nuestro instituto  debe contribuir a promover el conocimiento  por todos los medios disponibles. En consecuencia,  no puede renunciar a las TICs, ni a sus dimensiones actuales, como la web social o las redes sociales.
Las relaciones entre individuos y agentes de la comunidad educativa no son diferentes a las de cualquier ámbito de la sociedad; las diferentes RRSS conectan a individuos que tienen algún vínculo entre sí e irremediablemente terminaran convirtiéndose en un elemento clave de la comunidad educativa. 
La regulación de los espacios virtuales se convierte en una necesidad, por lo que habrá que plantearse que el Reglamento de Régimen Interior de nuestro instituto tendrá que abordar la cuestión, partiendo de la idea de que los dispositivos y redes no son un elemento peligroso, que deba despacharse simplemente con prohibiciones. 
De todas formas la adaptación  reglamentaria debe venir precedida de un debate amplio.  El  uso de  teléfonos móviles y  RRSS por adolescentes tiene una mala imagen ante el profesorado y la sociedad en general. Como poco, los profesores se sienten incómodos ante la generalización del uso clandestino por parte de los alumnos de los teléfonos móviles. De hecho, algunos centros y administraciones han prohibido la entrada de los citados dispositivos a los centros educativos. Además, los medios de comunicación han difundido casos de cyberbullying entre alumnos, cuyo vehículo han sido precisamente las RRSS.  Por eso, es necesario, antes de poner en marcha el “BYOD”, romper estereotipos y prejuicios sobre el uso de dispositivos en el instituto, haciendo ver que el mal no está en  la tecnología, sino en los valores éticos de los individuos.
El uso de dispositivos móviles  no es negativo, pero si no existe regulación alguna, ni se adoptan medidas para su uso didáctico,  puede convertirse en un riesgo. 
Por todo ello creo que es necesario adoptar una serie de acciones, antes de llevar a cabo un plan de comunicación para el centro, que enmarcaremos en cuatro bloques:
 

1.-MEJORAR LA IMAGEN DE LA CONECTIVIDAD PARA SER APLICADA A LA EDUCACIÓN: Se deberá lleva a cabo una campaña explicativa en el instituto de la utilidad educativa de los dispositivos de conexión a la red y las redes sociales. Esa campaña llevará implícita la necesaria explicación sobre herramientas y aplicaciones informáticas desconocidas por una gran parte de la sociedad. La campaña deberá contener una vertiente específica para las familias. 

2.-DESPLIEGUE DE MEDIOS:   De nada servirá elaborar un plan de comunicación si no se garantiza la conectividad o se dispone de las condiciones de acceso del alumnado  a la red, tanto en lo relativo a su posesión como a su puesta a punto para el uso (carga de móviles o tablets).  

3.-MEDIDAS REGLAMENTARIAS: Habrá que abordar modificaciones de los reglamentos para fijar el marco de comportamiento del alumnado: Respeto de la autoría, lenguaje adecuado, pedir permiso para el uso de las cámaras del móvil, no esconderse en el anonimato para perpetrar actos lesivos contra otros, respeto a terceros, seguir en todo caso las instrucciones del profesor para utilizar el dispositivo móvil, no utilizar el teléfono móvil para otra cosa que la indicada en clase, utilizar exclusivamente el software, los programas, aplicaciones y archivos indicados por el profesorado y registrados en el centro. 

4.-FORMACIÓN: Se deben llevar a cabo,  en diferentes oleadas, una serie de acciones de formación para el profesorado que tenga como finalidad su implicación en el uso de la TICs en su vertiente más básica. Es cierto que en los últimos años se han puesto en marcha diferentes acciones formativas por parte de la administración, pero falta mucho camino por andar. De nada servirá planificar, ni establecer directrices de comunicación interna si no existe receptividad y disposición del profesorado.

 

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